Heartbeat

Los días aquí se acaban y no dejo de pensar en todo lo que dejo atrás y cómo extrañaré tantas y tantas cosas...Tengo la mente en dos paises y aunque el regreso es a casa, no puedo evitar aferrarme a mi vida organizada de ahora.

Y sabéis u os imaginaréis todos que mi vida tiene un antes y un después a mi experiencia sueca. Y sobretodo en mi relación al coche. Cuando llegué me puse varias metas para sobrevivir en un ambiente tan diferente.Una de ellas, aprender a conducir de verdad.
Yo era negada.De hecho, ni siquiera sé si era negada porque viviendo en el centro de Barcelona el moverse en coche es ciencia ficción.Allí resulta más un incordio que una ventaja pero ahora....Ay ahora...no vivo sin él!!!! Al cole, al súper, al centro comercial, a mi loppis preferido de los jueves, el autobús n3 pasó a la historia...Sólo os digo que mi esposo ni lo vé, se ve obligado a pedalear hasta el trabajo, que por otro lado, no le va mal para desoxidar ese corazón...En el fondo, le encanta que de vez en cuando lo recoja al acabar su jornada como una esposa ejemplar, sentarse de copiloto y regañarme en cada rotonda sin yo protestar....y a cambio me invita a un kaffe latte largo muy largo... y yo encantada, porque son nuestros pequeños momentos solos para explicarnos nuestro día y porque la sensación de libertad al volante tiene efecto de medicina! y mejor acompañada imposible, con Enriquito Iglesias y su Heart Beat, el más enchufado en la emisora danesa, que me ha cargado las pilas tantas mañanas grises!!!
La foto es del parque de atracciones Liseberg, en Göteborg. Tanta práctica diaria que casi me llevo el premio!!!