
Vimos paisajes difíciles de olvidar e imposibles de plasmar, muchas ovejas, gallinas, caballos, conejos salvajes y hasta algún bambi corretear a lo lejos...!! Pic-nic para almorzar, remojón en la playa, siesta plácida para los más afortunados y punto y final en Tuna Krog, un oasis de paz en el que nos ofrecieron toda su hospitalidad y mejor comida aunque con el cronómetro en mano por tanto apurar.
Sprint final hasta el hamn pero puntuales, embarcamos en el último ferry del día, resistiéndonos a abandonar aquel trozo de cielo en medio del mar... así que nadie sabe que olvidé mi cámara de retratar porque algo desde Hven me decía que debíamos regresar...
Casi lloro de recordar este momento, desde luego que el paraíso debe ser muy muy parecido,pasamos un día precioso, me encanta ver las fotos.
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